Road to Oscars 2018: The Disaster Artist

Luchar por tus sueños, para cualquiera de los mortales, es difícil. Muy complicado. La constancia, el trabajo, y sobre todo, el talento, son fundamentales para poder cumplir con las aspiraciones que si tienen en la juventud. Pero sobre todo, lo que es fundamental es encontrar a la persona indicada que te dé el impulso adecuado que te lleve a tocar las estrellas. Y eso le ocurrió a Greg Sestero: conoció a Tommy Wiseau

Esa es la historia que narra The Disaster Artist, película que se echó a los hombros James Franco y que pretende contar como se fraguó The Room, una de las peores películas de la historia convertida ahora en obra de culto. Franco produce, dirige e interpreta al peculiar Wiseau en esta comedia que es posible que sea una de las alegrías más grandes que me pueda dar en 2018.

Bien es sabido que las comedias nunca son bien tratadas por los premios, (como bien ha quedado demostrado en las nominaciones a los Oscars, a lad que tampoco han ayudado la polémica del director por sus presuntos acosos) pero el trabajo que hace James Franco calcando la actitud, movimientos y voz de Wiseau son impresionantes. No es de extrañar que ganara el Globo de Oro al derroche de carisma de Hugh Jackman en El gran showman. No llegará al Oscar porque este irá a parar con casi toda seguridad a Gary Oldman por su Churchill, pero la comparación entre las escenas de The Room con las grabadas en recreando la película en The Disaster Artist deja patente una mimetización al 100%.

Es cierto que la calidad del papel que interpreta un actor en un biopic tiene mucho que ver también con el peso del personaje. Tommy Wiseau tiene un comportamiento peculiar y se fijó el reto de grabar una película con su único amigo, el ya mencionando Greg Sestero (interpretado por el hermano de James, Dave Franco). Nadie sabe de dónde es ni su edad (hasta que sales del cine y te metes en IMDB, pero en 2003 no era tan fácil averiguar eso). Y tras escribir su guión, invirtió más de seis millones de dólares en la grabación de The Room, un dinero que nadie sabe de dónde salió.

Hubiera sido muy fácil caer en la parodia de Wiseau. Es más, el espectador que no lo conociera (yo no lo conocía), puede creer que James Franco exagera el comportamiento del personaje. Pero no. La misma película deja claro cómo era él, los motivos aleatorios por los que se movía, y sobre todo el porqué debe existir esta película.

The Room recaudó en su paso por salas comerciales 1.800 dólares. Quizás eso es lo que recauda sólo en un sala en día y medio The Disaster Artist. Pero The Room, después de 15 años, da beneficios a Wiseau a través de sus exhibiciones y ventas por su conversión en una película de referencia en cuanto a cine malo. Pero ¿qué es bueno y que es malo? El dicho de que los extremos se tocan vienen al pelo en cuanto a gustos cinéfilos.

Lo que pretendía ser un drama se convirtió en una comedia. Wiseau quería ser actor (pese a no tener ni idea de actuación ni de cine), y Greg Sestero quería vivir también del séptimo arte. Ambos lo hacen. Ellos han cumplido su sueño, a su modo. ¿Cuántos pueden decir lo mismo?


Nominaciones para los Oscars:

-Mejor guión adaptado